ESPERO QUE OS GUSTE

..."MÁS VALE UNA SONRISA TRISTE, QUE LA TRISTEZA DE NO VOLVER A SONREIR"...

"Todos los artistas tienen en común la experiencia de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por lograda que sea, y la perfección fulgurante de la belleza percibida en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu". (Juan Pablo II)

domingo, 29 de abril de 2012

Los Ojos del Tuareg (Alberto Vázquez Figueroa)

Veinte años después de haber escrito Tuareg, el autor se ha visto obligado -empujado, sin duda, por los injustos acontecimientos que están ocurriendo en el corazón de África-, a retomar los personajes de una casi mítica novela que ha pasado a convertirse en un clásico de los relatos de aventuras, iniciando, una vez más, la lucha contra la explotación y la tiranía. Pero la barbarie no viene, en este caso, de la mano de sanguinarios tiranos o crueles dictadores; viene de la mano de individuos, en apariencia inofensivos, alegres y despreocupados que, en su afán por buscar excitantes emociones en lugares remotos, no dudan en destruir cuanto encuentran a su paso, empujados por la inconsciencia o la ignorancia, y alentados por la avaricia de quienes han descubierto una inagotable fuente de riquezas en la organización de peligrosas pruebas deportivas. Las tribus nómadas del Sáhara más profundo llevan años sufriendo la brutal agresión que significa el paso cada año por sus tierras de cientos de vehículos en una insensata carrera que destruye vidas humanas, cultivos y ganado, sin aportar a cambio más que la estúpida gloria de llegar el primero a una meta imprecisa. Ya se han cansado. A los ojos de un tuareg, ésa es una estúpida y absurda "prueba deportiva" que jamás debería volver a atravesar sus territorios y, para impedirlo, están dispuestos incluso a dar la vida. 

Puedes encontrarlo en casa del libro.
 
Brutal contrastre entre dos mundos opuestos. 
Habla de una cultura derrochadora, aplastante, irreflexiva e irrespetuosa, humillada ante lo sencillo, lo insignificante, lo tremendamente lógico de una cultura de subsistencia.
Si alguien conoce un poco la problemática de las gentes del desierto (el pueblo saharaui, por ejemplo), encontrará muchos detalles conocidos.
Nos hace plantearnos quiénes son los realmente civilizados: si personas que dedican su tiempo a pasar calor y sed en el desierto por competir en una carrera o gente que se aferra a su tradición por mucho que el mundo avance.... 
Vale la pena reflexionar un poco....
 

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