Fue un fotógrafo e investigador nacido en Kingston-on-Thames (Gran Bretaña) el 9 de abril de 1830. Cambió su nombre cuando emigró a los Estados Unidos en 1851. Murió el 8 de mayo de 1904. Sus experimentos sobre la cronofotografía sirvieron de base para el posterior invento del cinematógrafo.
Eadweard Muybridge comenzó trabajando en la encuadernación y venta de libros. Más tarde se interesó en la fotografía y, en una visita a los Estados Unidos en 1860, aprendió sobre el proceso del colodión húmedo (una especie de barniz que se aplicaba a las placas sobre el cual se extendía la emulsión química fotosensible).
En 1867, con el nombre comercial de Helios, se dio a la tarea de
registrar el escenario del lejano oeste con su habitación oscura móvil, The Flying Studio (El estudio volador). Produjo notables vistas estereoscópicas y más tarde panoramas, incluyendo series importantes sobre la ciudad de San Francisco. Luego comenzó a trabajar para el Coast and Geodetic Survey.
El experimento «El caballo en movimiento»
En 1872, una polémica enfrentaba a los aficionados a los caballos de California. Leland Stanford, ex gobernador del Estado y poderoso presidente de la Central Pacific Railway,
y un grupo de amigos suyos sostenían que había un instante, durante el
trote largo o el galope, en que el caballo no apoyaba ningún casco en el
suelo. Otro grupo, del que formaba parte James Keene, presidente de la Bolsa de Valores de San Francisco, afirmaba lo contrario.
En esa época no se conocía una manera de demostrar quién tenía razón,
hasta que Leland Stanford ideó un sencillo experimento: este consistía
en un método que fotografiaba al caballo en las diferentes etapas de su
galope y que proporcionaría una vista completa de todo el trayecto
recorrido, para lo cual Stanford encargó a Eadweard Muybridge que
tratara de captar con su cámara el movimiento de su caballo de carreras Occident. Sin mucha confianza en el resultado, Muybridge se prestó a fotografiar a Occident trotando a unos 35 km/h en el hipódromo de Sacramento.
Pidió a los vecinos de la zona que le prestaran muchas sábanas de color
blanco y las colgó en torno a la pista a manera de fondo, sobre el que
destacara la figura del caballo. En mayo de 1872, Muybridge fotografió al caballo Occident, pero sin lograr un resultado, porque el proceso del colodión húmedo exigía varios segundos para obtener un buen resultado.
Muybridge desistió durante un tiempo de estos experimentos. Más adelante realizó un extenso viaje por América Central y América del Sur,
donde fotografió las construcciones de las líneas ferroviarias. Al
volver, reemprendió su trabajo sobre la fotografía de acción, y en abril
de 1873
logró producir mejores negativos, en los que fue posible reconocer la
silueta de un caballo. Esta serie de fotografías aclaraba el misterio
(le daba la razón a Stanford), pues mostraba las cuatro patas del
caballo por encima del suelo, todas en el mismo instante de tiempo.
No trató de tomar las fotografías con una exposición correcta, pues
sabía que la silueta era suficiente para poder definir la cuestión. Sus
primeros intentos habían fallado porque el obturador manual era
demasiado lento como para lograr un tiempo de exposición tan breve como
precisaba. Así pues, inventó un obturador mecánico, consistente en dos
pares de hojas de madera que se deslizaban verticalmente por las ranuras
de un marco y dejaban al descubierto una abertura de 20 centímetros,
por la que pasaba la luz. Con este sistema se lograba un tiempo de
exposición record de 1/500 de segundo.
Stanford, impresionado con el resultado del experimento, que se conocería más tarde con el título El caballo en movimiento,
encargó la búsqueda de un estudio fotográfico para poder captar todas
las fases sucesivas del movimiento de un caballo. Los experimentos se
reanudaron en el reformado rancho de Stanford durante el verano de 1878.
Aunque con una exposición ligeramente insuficiente (debido a las ya
mecionadas dificultades técnicas de la época), la serie resultante de
fotografías mostraba claramente todos los movimientos de una yegua de carreras de Kentucky llamada Sally Gardner.
Muybridge pintó los negativos para que sólo se viera la silueta de la
yegua, cuyas patas adoptaban posiciones inconcebibles. El resultado fue
una secuencia de 12 fotografías que se realizó aproximadamente en medio
segundo.
Gracias a este experimento, Muybridge ideó una nueva técnica en la
que la pista para el motivo en movimiento tenía una longitud de unos 40
metros. En paralelo a ella había una batería fija con 24 cámaras
fotográficas, y en ambos extremos de la pista, colocadas en ángulos de
90º y de 60º, había otras dos baterías de cámaras. En cada instante se
disparaban sincrónicamente tres cámaras, una de cada batería. Se
impresionaban placas secas a una velocidad de obturación graduable que
podía regularse desde varios segundos hasta la altísima velocidad de
1/6000 de segundo, según la velocidad del motivo a fotografiar.
En las primeras series los obturadores de las cámaras se disparaban
por la rotura de unos hilos atravesados al paso del caballo u otro
animal que se rompían al paso de este, cerrando contactos eléctricos que
iban activando cada uno de los obturadores. Pero después Muybridge
inventó un temporizador
a base de un tambor rotatorio que giraba de acuerdo con la velocidad
del motivo y que, en los instantes adecuados, enviaba impulsos
eléctricos a las cámaras.
El zoopraxiscopio
En 1888 mostró sus fotografías de caballos a Thomas Alva Edison y a William K. L. Dickson, inventores del fonógrafo,
para sugerirles la posibilidad de combinar ambos inventos para mostrar
imágenes sonoras. Aunque la idea nunca se llevó a la práctica, Edison sí
empleó una serie de fotografías de caballos en su quinetoscopio, aparato precursor del proyector de cine.
Su legado científico
Debido a sus éxitos científicos, Muybridge se dedicó a registrar los movimientos de los seres humanos y de los animales del zoológico de Filadelfia. Las fotos resultantes se publicaron con ayuda de la Universidad de Filadelfia en 1887 en el libro Animal Locomotion (Locomoción animal), que sigue siendo la obra de referencia básica sobre el movimiento humano y animal. Escribió también The Attitudes of Animals in Motion (Las posturas de los animales en movimiento, 1881) cuyas imágenes, sumadas a las de Animal Locomotion, dan un total de 100.000 planchas fotográficas. Algunos de sus últimos trabajos se publicaron con los títulos Animals in Motion (Animales en movimiento) y The Human Figure in Motion (La figura humana en movimiento, 1901). Las imágenes de los 71 discos de su zoopraxiscopio que han sobrevivido se han reproducido en el libro Eadweard Muybridge: The Kingston Museum Bequest (The Projection Box).
No hay comentarios:
Publicar un comentario