ESPERO QUE OS GUSTE

..."MÁS VALE UNA SONRISA TRISTE, QUE LA TRISTEZA DE NO VOLVER A SONREIR"...

"Todos los artistas tienen en común la experiencia de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por lograda que sea, y la perfección fulgurante de la belleza percibida en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu". (Juan Pablo II)

martes, 28 de diciembre de 2021

LORD BRUMMELL, EL DANDY INFLUENCER DEL SIGLO XIX

 


Aún hoy algunas tiendas y casas de ropa masculina se distinguen con el rótulo "Lord Brummell", en un cautivador intento de proponer una elegancia digna del refinado personaje inglés que dictó las leyes en el campo de la moda y las buenas maneras en el periodo de la Regencia (Inglaterra 1811-1830 Jorge III y Jorge IV).

Pero George Bryan Brummell (Londres 1778- Caen 1840) no era un lord, ni de nacimiento ni por nombramiento real: era hijo de un trabajador adinerado que le permitió frecuentar Eton y Oxford, los colegios de la aristocracia.

Inteligente, vanidoso, refinado a más no poder, con dinero para gastar con facilidad; todo ello sumado a algún complejo de inferioridad juvenil por haber frecuentado como parvenu las clases más elevadas, quizá desencadenó en él un sentimiento de venganza, que dio origen al fenómeno del dandismo.

Las buenas maneras aprendidas en los colegios se vieron escrupulosamente perfeccionadas, su espíritu se volvió más agudo, el vestir se cuidó con meticulosidad. Pero su verdadero golpe de suerte llegó cuando conoció al príncipe de Gales (Jorge IV), comandante del escuadrón de los húsares (o "abanderados del gran camino", constituían una unidad de caballería ligera originada en Hungría) en el que se había enrolado.

Le cayó en gracia y se convirtió en visitante asiduo de Carlton House, hecho que le permitió acceder a los salones más exclusivos de Londres, donde fue considerado el árbitro indiscutible de la elegancia. En breve fue imitado por los jóvenes aristocráticos no sólo en su forma de vestir, de un gusto exquisito y de una simplicidad creada con arte, sino también en la forma de comportarse, de verdadero lord. "Dandy" se convierte, así, en sinónimo de una persona de maneras perfectas y rebuscadas, que ostenta una gran seguridad en sí misma además de una sobria y elaborada elegancia. Pero una pelea con el príncipe e importantes deudas de juego interrumpieron la historia del primer dandy de Europa, que se vio obligado a emigrar a Cales, verdadero refugio de los deudores, donde acabó sus días en la miseria.

Aunque su final fue trágico, pero no raro; recordemos la obra Oscar Wilde y su Retrato de Dorian Grey, obra de 1890 con un Dandy de pies a cabeza (spoiler) como protagonista que también acaba mal; pensemos que el personaje del dandy como tal en sus inicios es cómo se sigue recordando hoy día cuando se nombra a una persona con este apelativo. El dandy a día de hoy se conoce como una persona con (valga la redundancia) personalidad, carácter, saber estar, educación, elegancia..

A principios del siglo XIX Brummell destacó por influenciar en las vidas de las personas que le rodeaban. Él no tenía redes sociales conectadas a internet para darle seguidores y likes, pero las noticias y novedades volaban casi tan rápido como si las hubiese tenido. Tan rápido como subió en la escala social descendió. Puede que bajase aún más rápido de lo que subió.

Hagamos una pausa y echamos la vista atrás para recordar "influencers" que sí marcaron nuestra historia, al igual que nuestro protagonista, como Cleopatra, Julio César, Alejadro Magno, Luis XIV, la Reina Victoria, Virginia Wolf...y un largo etc de maravillosos personajes que han pasado por nuestro tiempo y que han marcado la historia, no sólo por su influencia a la hora de comportarse o cómo vestirse, como Lord Brummell, que también lo hicieron pero sobretodo por sus logros, su legado, por marcar un antes y un después en su tiempo que ha llegado a nuestros días.


(El del óleo del principio no es Lord Brummell, claro)



Parte de esta información ha sido extraída de  Guía práctica de las antigüedades y restauración, Tomo I

martes, 21 de diciembre de 2021

TEMPUS HIBERNUM

 


TEMPUS HIBERNUM

O lo que es lo mismo, Invierno, o el típico...¡cachis, qué frío hace!

Os traigo esta preciosa estampa invernal sacada de un óleo lienzo que tengo justo delante en estos instantes. ¿El autor? Pues he de deciros...que no sé quién es el autor de esta preciosidad de obra. Sí está firmado, pero no es conocido, al menos, por mi persona. (La firma reza R. Montoto, por si vosotros podéis saber quién es).
Pero con o sin artista conocido, (recordemos que no tiene que gustarnos sólo por su firma, sino por lo que transmite al observarla) me ha inspirado para escribiros estas líneas hoy. ¿Y por qué hoy?, pues porque tal día como hoy 21 de diciembre, según el calendario gregoriano (gracias Gregorio XIII) aterriza en el hemisferio norte el invierno y nos encontramos en el Solsticio de invierno.
Toda la información necesaria para entender por qué se llama de esta forma está en internet, así que no os voy a aburrir con un montón de charla insustancial que podéis leer en cualquier parte, incluso, para los que adoramos todavía pasar páginas, en las enciclopedias, sí, he dicho enciclopedias, también lo explican divinamente y con alguna foto en blanco y negro.

Hoy quiero, que os detengáis a disfrutar del día tan corto que tendremos hoy, fíjate en las últimas hojas agarradas con firmeza a los árboles de hoja caduca que no soportan ya la lluvia, la nieve o el viento que las azotan obligadas a dejarse caer. Fíjate en los árboles de hoja perenne con esos colores rojizos y ocres que cubren, algunas aún verdes, que resisten hasta el último segundo antes de cambiar su tonalidad y adaptarse a la nueva estación.
Párate a respirar ese aire cálido que amenaza lluvia con el día nublado, o el frío que congela la nariz cuando asoma a través de la bufanda.
Observa cómo se aleja lentamente el bao cuando respiras o hablas.
Cómo cambia la estampa lentamente, con el correr de los días, que nos van llevando poco a poco al pleno y frío invierno, provocado por la tristeza de la Diosa Deméter al pensar en su querida hija encerrada en el infierno con Hades.

La obra que hoy os he querido mostrar nos da una estampa invernal pero sin ser del todo fría
Fijaos en el árbol que se muestra en primer plano de la obra, completamente desprovisto de follaje, tiene signos, todavía, de musgo que cubre su parte alta. Y en el suelo, cerca de este, vemos algunas hiervas que asoman sobre la fina capa de nieve que ha caído. Una valla de madera algo destartalada con apenas unas manchas de nieve separan la parte secundaria de la obra donde vemos a dos figuras que se acercan a nosotros.
Aunque la imagen que se muestra a simple vista es invernal, si centramos nuestra atención algo más de tiempo podríamos decir que esta estación en el cuadro, apenas acaba de comenzar.
Unos leves rayos de sol se vislumbran a través de las nubes de colores rojizos que tiñen la estampa de un tono más cálido.
A medida que nos centramos más en el fondo de la obra vemos cómo el autor ha querido hacerlo más invernal, pero no es, sino, hasta llegar a las montañas del fondo, donde percibimos el invierno más frío. Es ahí donde todo está congelado, las montañas no atisban un ápice de vida entre su manto blanco.
Es sólo en los primeros planos del lienzo donde su artista ha querido mostrar un invierno más amable, pero que se ve amenazado por ese invierno duro, frío y blanco que amenaza en la lejanía.

Podemos, incluso, aventurarnos y darle una vuelta a la interpretación de lo que vemos en la obra, y decir que en ella a Don Invierno le queda un leve suspiro de días. Volvamos, de nuevo a nuestro protagonista, el árbol del primer plano, esta vez un poco más, con detalle, ¿veis las hojitas que el autor ha colocado en algunas de las puntas de las ramas más altas? Atisban la llegada de la primavera y los primeros brotes. Pensad en ese musgo como si quisiese ir subiendo por las ramas atraído por el calor del sol que amenaza el cambio de estación. 

Todo depende de los ojos con los que se vea a la obra que tenemos delante esta tarde y de las ganas de frío que tenga cada uno.

Aun así, no dejes de observar, de contemplar el cambio de estación que se nos presenta el día de hoy. Con lo bueno y con lo malo, con el frío, la lluvia, la nieve, la bruma y, a veces, aunque sólo a veces, algún rallito de sol que calienta el espíritu.



Felices Fiestas desde Antiquitatum Taberna.


La obra que sale en esta publicación la tenéis a la venta en tienda.